Pelajes de toros bravos

Pelajes de toros bravos

Pelajes de toros bravos: Una guía de las capas del toro de lidia

El pelaje del toro de lidia constituye uno de los rasgos más emblemáticos y distintivos del toro bravo. Mucho más que un simple color, la capa revela la genética, la historia y, en muchos casos, el encaste del animal. Analizar estas tonalidades es adentrarse en la esencia del toro bravo: su identidad visual, su pasado y su singularidad dentro del campo bravo español.

A lo largo del tiempo, la presencia de determinados colores ha variado. Hoy predomina el negro, pero en siglos anteriores los colorados, berrendos y sardos eran más frecuentes, reflejando la diversidad genética original de las castas fundacionales.

Los tonos básicos del pelaje del toro bravo

Existen tres colores primarios que dan origen a la amplia gama de capas:

  • Negro
  • Colorado (rojo)
  • Blanco

A partir de ellos surgen mezclas, degradados y manchas que configuran más de 40 tipos de pelajes reconocidos. Esta riqueza cromática permite identificar líneas familiares y características propias de cada ganadería.

A medida que se recorren dehesas y fincas ganaderas —donde es habitual ver toros bravos en el campo en su entorno natural— se hacen más evidentes las variaciones genéticas que caracterizan a cada encaste.

Pelo homogéneo: capas de un solo tono

Las capas homogéneas son aquellas que muestran un color uniforme.

Albahío

Color blanco amarillento, muy claro y luminoso.

Colorado

Uno de los pelajes más clásicos. Comprende desde tonos rojizos claros hasta rojos intensos y profundos.

Encendido

Variante del colorado, pero con un rojo brillante que resalta a distancia.

Ensabanado

Toro completamente blanco, sin manchas ni mezclas.

Jabonero

Tono crema con variación en la intensidad. Una de las capas más apreciadas por su singularidad visual.

Melocotón

Color rojo claro con un matiz leonado suave.

Negro

La capa dominante en la mayoría de las ganaderías actuales.

Negro azabache

Negro brillante, elegante y aterciopelado.

Negro mulato

Negro sin brillo con reflejos pardos.

Negro zaíno

Negro absoluto, sin manchas. Es la capa más frecuente hoy.

Pelo mezclado: combinación de dos o más tonos

En este grupo encontramos variedades donde los colores se combinan creando nuevas tonalidades.

En muchas fincas dedicadas al turismo taurino —como aquellas que ofrecen visitas a ganderias toros para conocer encastes y capas en directo— estas mezclas resultan especialmente atractivas para el visitante.

Berrendo

Base blanca con grandes manchas de otro color (negro, colorado o castaño).

Cárdeno

Una de las capas más emblemáticas: mezcla de pelos blancos y negros que generan tonos grisáceos luminosos o muy oscuros.

Castaño

Resultado de la combinación de pelos rojos y negros.

Chorreado

Toro negro con listas castañas que caen desde el lomo hasta el vientre.

Entrepelado

Cárdeno con muy poco pelo blanco, casi negro a simple vista.

Lombardo

Toro negro con el lomo castaño.

Retinto

Toro colorado con degradado desde el lomo claro hasta la zona inferior muy oscura.

Salinero

Mezcla de pelos blancos y colorados con efecto moteado.

Sardo

Capa extremadamente rara, mezcla irregular de pelos blancos, rojos y negros.

Pelo con manchas: capas con patrones definidos

En este punto del análisis, entender las capas ayuda también a saber cuanto pesa un toro bravo, ya que muchas veces ciertos pelajes tienden a asociarse a estructuras corporales propias de algunos encastes.

Albardado

Zona más clara en el lomo.

Bocinero

Hocico negro con cuerpo de otro color.

Botinero

Extremos de las patas oscuros.

Bragado

Mancha blanca en el vientre.

Burraco

Manchas blancas en la parte inferior del cuerpo.

Calcetero

Extremidades blancas.

Capirote

La cabeza y parte inicial del tronco son de un color distinto al resto del cuerpo.

Careto

Cara blanca y cabeza de color diferente.

Coliblanco

Cola blanca y cuerpo oscuro.

Estornino

Cárdeno o negro con pequeñas motas blancas.

Estrellado

Mancha negra redonda en la frente.

Gargantillo

Mancha blanca alrededor del cuello.

Girón o jirón

Manchas grandes, blancas e irregulares, normalmente en el ijar.

Listón

Franja longitudinal a lo largo del lomo.

Lucero

Pequeño lunar blanco en la frente.

Meano

Piel blanca en el extremo del pene.

Mosqueado

Cárdeno con pequeñas motas negras.

Nevado

Cárdeno con manchas blancas irregulares.

Ojalado

Cerco de color distinto alrededor de los ojos.

Ojinegro

Ojos con cerco negro.

Ojo de perdiz

Cerco rojizo.

Salpicado

Manchas blancas irregulares de diferentes tamaños.

Pelaje y genética de las ganaderías

Cada ganadería brava conserva una identidad genética que influye en los pelajes más recurrentes, algunas suelen presentar negros zaínos y cárdenos, otras destacan por sus cárdenos y entrepelados, también otras por berrendos y berrendos en colorado, y en algunas ganaderías son frecuentes los negros azabaches y los colorados limpios.

Conocer estos patrones es fundamental tanto para aficionados como para profesionales del sector ganadero, ya que la capa es un reflejo directo del trabajo de selección y cría.

Los pelajes del toro bravo representan un patrimonio cultural, histórico y genético que caracteriza a cada animal. Desde los negros más puros hasta capas complejas como el sardo o el jabonero, cada tonalidad cuenta una historia y refleja el esmero del ganadero por conservar la diversidad y la bravura.

Observar estos colores en el campo, entender su origen y reconocerlos al instante es adentrarse en la esencia misma del toro bravo, símbolo de fuerza, nobleza y tradición.

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