¿Alguna vez te has preguntado qué sucede tras las puertas de una ganadería de toros de lidia? ¿Sientes curiosidad por ese mundo enigmático donde se crían estos poderosos animales? Pues bien, prepárate para adentrarte en el corazón de la Sierra Norte de Sevilla, un enclave privilegiado donde tradición y bravura se dan la mano. Hoy te abrimos las puertas a un ritual único: la plaza de tientas.
La plaza de tientas, conocida también como «tienta» o «tentadero», es una práctica ancestral en la que se evalúa el comportamiento y las cualidades de las vacas de una ganadería con fines reproductivos. Este «ritual» tiene sus raíces en la selección natural, donde solo las reses más valientes y astutas pasan a formar parte de la crianza de toros bravos. En la Sierra Norte de Sevilla, esta tradición se ha mantenido viva durante siglos, transmitiendo de generación en generación como un legado invaluable.
Alejada del albero de la plaza de toros, existe un espacio fundamental para la ganadería brava: la plaza de tientas. Se trata de un recinto cerrado, generalmente circular o rectangular, construido con materiales resistentes como el ladrillo o la madera. Aquí se lleva a cabo un proceso crucial: la tienta de las vacas – hembras adultas – y erales – machos jóvenes – para evaluar su comportamiento, bravura y casta, pilares fundamentales de la lidia.
Imagina un día soleado en la Sierra Norte. El silencio solo se ve alterado por el mugido lejano del ganado. De repente, la actividad se apodera del lugar. Caballos, caballistas expertos y vaqueros se preparan para la tienta. Un operario abre la puerta del toril, liberando a una vaca brava. El animal, imponente y alerta, explora el terreno con la mirada. Es entonces cuando comienza el verdadero espectáculo.
La tienta no es una simple exhibición de fuerza. Se trata de un arte donde toreros experimentados – mayormente alumnos de escuelas taurinas o novilleros – se enfrentan a las vacas y erales para analizar sus embestidas, calidad de embestida, duración de las acometidas y la repetición de las mismas.
El torero, valiéndose únicamente del capote y la muleta – sin estoque –, realiza un elaborado juego de cites y pases. Su objetivo no es dominar al animal, sino evaluar su bravura y su capacidad para embestir con fiereza y nobleza.
¿Te imaginas la tensión que se respira en el ambiente? El torero, con movimientos precisos y temple, debe imponer respeto a la vaca o eral, propiciando embestidas francas y repetidas. El animal, por su parte, responde con bravura, embistiendo con poder y fiereza.
Dato curioso: En ocasiones, la tienta se realiza a puerta cerrada para evitar la presión del público y permitir una evaluación más objetiva de la bravura del animal.
La bravura es un aspecto fundamental, pero no es el único. Durante la tienta, también se evalúa la casta de la vaca o eral. Este término, a veces malinterpretado, hace referencia a la nobleza y la calidad de la embestida. Un toro bravo con casta embiste con fijeza, humillando la cabeza y permitiendo al torero realizar el toreo bueno, ese que se basa en el temple y la técnica.
¡Ojo! No todos los toros bravos tienen casta. Algunos ejemplares pueden ser bravos pero con embestidas desordenadas o «defensivas», dificultando la labor del torero. La tienta, precisamente, permite identificar a aquellos animales que poseen esa bravura encastada, tan codiciada por los aficionados.
La tienta es un pilar fundamental en la selección del ganado bravo. A través de este ritual, los ganaderos pueden identificar a las vacas que reúnen las condiciones para ser madres de futuros toros de lidia.
Las vacas que demuestran bravura y casta en la tienta serán seleccionadas para la reproducción. Se las emparejará con sementales de similares características, con el objetivo de perpetuar la bravura y la casta en las nuevas generaciones.
De esta manera, la tienta se convierte en un eslabón fundamental en la cadena de la tauromaquia. Garantiza la continuidad de la fiesta brava, permitiendo a los aficionados disfrutar, en el futuro, de toros bravos y encastados que propicien el lucimiento de los toreros.
Tu viaje por el mundo de la ganaderia de toros de lidia no termina en la plaza de tientas. La Sierra Norte de Sevilla te ofrece un sinfín de experiencias que te acercarán aún más a la tradición y la cultura taurina.
La ganaderia Sevilla de toros de lidia es una parte esencial de la cultura y la tradición de la Sierra Norte de Sevilla. La tienta, ese ritual ancestral donde se evalúa la bravura y la casta de las vacas y erales, nos permite adentrarnos en este fascinante mundo y comprender la importancia de la selección del ganado para la continuidad de la tauromaquia.
Más allá de la plaza de tientas, la Sierra Norte ofrece un sinfín de experiencias que te acercarán aún más a la tradición taurina. Recorre los pastos, visita las dehesas, asiste a un tentadero, degusta la gastronomía local, disfruta del encanto de los pueblos o acércate a la cultura taurina.
Ven a descubrir la Sierra Norte de Sevilla y vive una experiencia única en el corazón de la tauromaquia.